El hacer tecnológico
Fernando Flores Morador | Arte/cultura / CAMBALACHEANDO
Decíamos en entregas anteriores que los actos independientes mediados por ítems se dividen en dos grupos: 1) cuando el hacedor tiene la iniciativa respecto a las cosas del mundo circundante, como en el acto de «martillar», a los que llamábamos «actos independientes mediados activos» y 2) cuando se actúa enfrentando la iniciativa de las cosas del mundo circundante, como en el caso de «protegerse con un paraguas». Llamábamos a estos, «actos independientes mediados re-activos» [1].
Definiremos ahora como «tecnología», al ítem mediador en este tipo de actos, llamando en general «acto tecnológico», al acto independiente mediado por ítems.
Mientras que los actos tecnológicos activos (martillar un clavo) están polarizados hacia el futuro, los actos tecnológicos re-activos (usar un paraguas) lo están hacia el pasado. En los actos tecnológicos, la polarización es incompleta, o bien es esta una polarización hacia el futuro, o bien lo es hacia el pasado. En ambos casos, el hacer queda suspendido en un «bucle temporal» al que describíamos con la figura topológica de la «banda de Möbius». Atrapado en un bucle temporal, el acto tecnológico es inconsciente y no puede polarizar hacia el presente.
Las tecnologías mediadoras en los actos independientes activos son «iniciáticas», en el sentido de que son el punto de partida del hacer. De manera correspondiente, las tecnologías en los actos independientes re-activos son «receptivas» en el sentido de que el hacer es la consecuencia de un estímulo exterior. Junto a estos dos roles del hacer –iniciático y receptivo– encontramos ítems a los que llamaremos suplementarios y otros a los que llamaremos participativos. Por ejemplo, estudiando la acción de «colgar un cuadro en una pared», encontramos que el martillo es el ítem iniciático y el cuadro es el receptivo; los clavos son el ítem suplementario y la pared donde entran los clavos para sujetar el cuadro, es el ítem participativo. Cognoscitivamente, el orden de las preguntas sería: «cómo hacer», «con qué hacer» «qué hacer» y «dónde hacer».
Sabiendo esto, podemos imaginar los casos en los que la cadena de la serie de actos tecnológicos se rompe. Si sabemos «qué se hará», pero no sabemos «cómo hacerlo», decimos que el acto está iniciáticamente roto. Si sabemos «cómo hacerlo» pero no sabemos «qué se hará», decimos que el acto está receptivamente roto. Si no sabemos «con qué se hará», decimos que está suplementariamente roto y si no sabemos «en dónde se hará», decimos que esta participativamente roto.
En el acto tecnológico «Selma va en bicicleta a la biblioteca a devolver un libro», tenemos la siguiente estructura:
Decimos que un acto tecnológico es «pleno» cuando tiene definidos los cuatro eslabones. En caso de faltar un eslabón, estamos frente a actos tecnológicos rotos. De esta manera podemos ahora construir una teoría de la rotura del acto tecnológico.
Es posible aproximarse al estudio de los actos independientes mediados o tecnológicos desde muchos puntos de vista. El estudio de los «actos tecnológicamente rotos» permite el acceso a través de los límites de este tipo de acto. Para un estudio más detallado del tema de la «rotura tecnológica», recomendamos la lectura de nuestro libro La enciclopedia de las tecnologías rotas.
Imagen principal, el «casete TDK D-C60», tecnología rota recientemente, tomada de Wikimedia Commons.
[1] Los actos independientes re-activos mediados por ítems deben distinguirse de los actos perceptivos que son independientes re-activos sin mediación.
Fernando Flores Morador
Vivo en Suecia en donde enseñé Historia y Filosofía de las Ciencias y de las Tecnologías hasta mi jubilación. Actualmente soy investigador honorífico en la Universidad de Alcalá (Madrid).
Cambalacheando
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Gracias Fernando ¡Por fin encontré una persona que entienda, comprenda y explique lo que significa Tecnología! Está muy generalizada la confusión entre tecnología y los artilugios empleados.
¡Gracias por tu comentario! ¡Y gracias por decir que entiendo las tecnologías y sobre todo por entenderme! He leído tu texto sobre la historia reciente de Guatemala. Muy bueno. Leo que hace poco que has llegado a GaZeta y al igual que todos los que estamos en ella estás maravillado por el trabajo que aquí despliegan la Sra. Susana y sus colegas. Trato de leer todo lo que se publica en estas páginas. Realmente un privilegio el poder ser parte de este proyecto.