Rabinal: una experiencia comunitaria
Felipe Sarti Castañeda | Política y sociedad / LOS CAMINOS DE LA PENSADERA
Para conocimiento de las nuevas generaciones de psicólogos y psicólogas, socializo una experiencia de trabajo comunitario en el municipio de Rabinal, Baja Verapaz, durante los años 1998-2010, con poblaciones sobrevivientes de las políticas contrainsurgentes ejecutadas por el ejército nacional y sus grupos paramilitares durante el conflicto armado interno. En esos años confirmé, junto con los/as compañeros/as del Ecap, que estábamos aplicando una psicología social con enfoque colectivo, que procuraba estar lo más cercana posible a las poblaciones y, a través de la memoria individual, familiar y colectiva, conocer los daños sufridos y los afrontamientos desarrollados por ellos/as mismos/as para disminuirlos, con base en sus propias experiencias y conocimientos, así como los heredados de sus padres y abuelos. Intuíamos que este quehacer psicosocial, aunque no lo platicábamos a lo interno del equipo, era una propuesta que se asemejaba a lo expresado por Ignacio Martín Baró en el desarrollo de una psicología de la liberación al servicio del pueblo.
En Rabinal tuvimos una serie de reuniones con entidades de la sociedad civil y organizaciones comunitarias, con el propósito de explicarles nuestro trabajo y el papel que deberían jugar las poblaciones en los procesos de sanación psicológica y búsqueda de justicia. Dejamos claro que la psicología que practicábamos tenía un compromiso ideológico-político con las poblaciones marginadas y reprimidas históricamente, estableciendo claramente que nuestra institución estaba definida políticamente y su instrumento sería una psicología liberadora.
En esa misma línea de pensamiento y práctica, con nosotros/as como facilitadores/as, fuimos construyendo espacios grupales, como el Grupo La Rueda, los cuales visualizamos como el lugar para expresarse, ser escuchados/as y brindarse apoyo, especialmente a las personas más vulnerables a nivel psicosocial. En ellos valoramos la importancia de la recuperación de la memoria y los testimonios, como vehículos para mantener viva la esperanza y las ideas y prácticas comunitarias, que ya se expresaban en otros países de la Región Andina, como el buen vivir, según señala Alberto Acosta (Concheiro, 2015):
Este buen vivir, para intentar una primera definición, propone la búsqueda de la vida en armonía del ser humano consigo mismo, con sus congéneres y con la naturaleza, entendiendo que todos somos naturaleza y que somos interdependientes unos con otros, que existimos a partir del otro.
Como equipo platicábamos regularmente sobre estos temas, que ya visualizábamos como claves en el abordaje psicosocial de los daños provocados por el terror contrainsurgente. Asimismo, eran parte de nuestras conversaciones con líderes y lideresas comunitarios/as, las cuales enriquecieron nuestros conocimientos y fortalecieron nuestro posicionamiento político, que nos permitió iniciar un relacionamiento democrático y horizontal, respondiendo así a sus principales necesidades y no a las propuestas generadas desde nuestra institución. Fue una experiencia maravillosa, ya que supimos entender y acompañar el proceso psicosocial respetando su cosmovisión, su cultura, sus pensamientos y sus prácticas comunitarias. Para que esto se entienda de mejor manera, comparto algunos ejemplos que pusimos en práctica a este respecto:
1. Aprendimos que antes de que comenzara cada reunión, se debería realizar una ceremonia de invocación maya-achí, con el propósito de que todo saliera bien y estuviéramos sanos.
2. Reuniones con bastante frecuencia en los horarios y días propuestos por las comunidades y no en nuestros tiempos (p. e. en noches y fines de semana).
3. Periódicamente visitábamos las comunidades y permanecíamos varios días participando de su vida cotidiana, sin realizar ninguna reunión formal.
4. Las poblaciones comenzaron a invitarnos a reuniones comunitarias y sociales, que se practicaban durante todo el año (casamientos, encuentros deportivos, ferias, posadas y otros).
5. La casa del Ecap se convirtió en un espacio de acogida para las poblaciones, las cuales con confianza dejaban algunas pertenencias para recogerlas después. Si se les hacía tarde para trasladarse a sus casas, pernoctaban con nosotros/as, incluyendo jóvenes y niños.
Estos ejemplos relatan lo afirmado por unas señoras de Xesiguán, Chitucán y La Ceiba, de que todo lo que hacíamos parecía un güipil bien trenzado, lleno de amor y solidaridad. Siempre consideramos que en nuestro trabajo debería prevalecer la solidaridad, el respeto mutuo, la tolerancia, el cariño y nuestro modo de ser, los cuales fueron fundamentales para que las poblaciones nos dieran su aval.
Esto lo escribo hoy, convencido de que es importante recuperar experiencias similares o parecidas, a fin de mantener viva la esperanza de una psicología de la liberación vinculada a la práctica del buen vivir.
Bibliografía: Concheiro, Luciano. El buen vivir: una conversación con Alberto Acosta. En Horizontal.
Fotografía principal, güipil de Rabinal, Baja Verapaz, propiedad de la Sra. Marleny López Chen, promotora del Ecap.
Felipe Sarti Castañeda
Psicólogo social comunitario graduado de la USAC. De 1981 a 1991 trabajé en el Ministerio de Salud Pública de Nicaragua, en un programa de apoyo psicosocial a familias víctimas de la violencia ejecutada por la contrarrevolución. También durante esos años acompañé a compañeros/as del FMLN y de organizaciones revolucionarias guatemaltecas. Desde 1997 soy miembro fundador del Equipo de Acción Social Comunitaria (Ecap) y he coordinado diversos programas en el interior del país, principalmente en Rabinal, Baja Verapaz. Estoy participando en procesos de memoria desde las poblaciones, construcción de ciudadanía y fortalecimiento de la organización comunitaria y casos de justicia transicional como el genocidio Ixchil, Molina Theissen, Sepur Zarco, Plan de Sánchez y Río Negro, entre otros. En los últimos años hemos estado, conjuntamente con la comunidad de Chiticoy, de Rabinal, reflexionando sobre el Buen Vivir desde sus experiencias y conocimientos.
Correo: [email protected]
Gracias por compartir esto. Urge recuperar este tipo de programas y sí, verdaderamente ECAP ha hecho una gran labor en ese sentido.
Saludes y muchas gracias. Espero seguir compartiendo experiencias de trabajo.
Maravilloso, excelente gestión. Me gustaría participar.
Estimado Isaías: muchas gracias por tu comentario. Nos mantendremos en contacto. Saludos.
Mi querido hermano Felipe: Que me alegro que al fin te hayas decidido a recopilar tus experiencias de trabajoen Rabinal y otras áreas del pais. Segui adelante que tenesmucho que aportar para construir una psicología social guatemalteca que recupere la visión cosmogónica de nuestros pueblos originarios.
Un fraterno abrazo desde la distancia. Tu cuate «Cebolla»
Gracias querido Cebolla, seguiré socialuzando mis experiencias. Mantengámonos en contacto por teléfono y llamadas WA. Cariños.