Entre lo popular y las máquinas de dominio
Rudy Alfonzo Gomez Rivas | Arte/cultura / 29 DE SEPTIEMBRE (3:30 A. M.)
El ser humano, siendo nómada o sedentario, recurrió inherente a su condición humana a fraguar, a construir, a cimentar espacios, plataformas y escenarios que le permitieran en primera instancia sentirse identificado. A lo largo de la historia, bajo esa premisa ha hecho gala de su inteligencia y habilidades para construir espacios con los que ha mantenido una comunicación abierta y sin censura, son espacios que le han permitido ser y estar.
Sin embargo, dentro de esa dinámica, a lo largo de la historia ha tenido que ir protegiéndose de pensamientos alienígenos o colonizadores, no porque sean malos, sino porque lo han aislado, lo han incomunicado. Elementos como el mercado y los modelos de marketing han hecho que el ser humano se deshumanice y opte por preferir unos espacios de otros.
De esa cuenta, se tiene por ejemplo las plazas y mercados versus los supermercados, o los cementerios versus los «jardines del recuerdo». Donde las plazas y cementerios son espacios que, desde la topografía, carecen de seguridad, donde prevalece la gritería, se vive la realidad tal cual es, se muestra una realidad cruda y sin censura, puesto que se vive y observa el ir y venir de las acciones más elementales del ser humano, mientras se compra y se vende una madre amanta a al hijo o entre compra y compra se va uno enterando de las vicisitudes de la otra gente. Donde no hay más publicidad que la voz y garganta de quien vende. En los mercados se ve una reunión de familia, donde el que vende es quien ha sembrado y cosechado. En esa sintonía, en los cementerios se asiste y se es consciente de ese vínculo que existe entre la vida y la muerte. Ambos espacios reafirman cuestiones culturales como la oralidad, el afecto, la comunidad.
Desde la topología hay un lenguaje que humaniza, que recupera la inocencia, porque es un lenguaje que no mercantiliza, sino, por el contrario, intenta cimentar una cultura que no solo da identidad, también aniquila al mercado y su razón de ser.
En un segundo escenario están los supermercados y «jardines del recuerdos», que desde la topografía son espacios que incomunican, aíslan, dan un estatus de poder, donde la segmentación y las subdivisiones se hacen visibles y que al ritmo de música suave se va perdiendo la dignidad, puesto que se tiene acceso a empaques y una competencia mordaz de mostrar quien es más. Son escenarios que, desde la topología, no crean un diálogo. Las acciones humanas son movidas por el dinero y por obtener a toda costa, para el caso del mercado, la máxima ganancia.
Dicho y hecho, solo las acciones populares y las comunicaciones populares, hasta ahora, nos han mantenido vivos, han permitido no disfrazar una realidad, sino verla y entenderla. Sea entonces lo popular para seguir mostrando los diversos vericuetos por los que debe fluir la comunicación presente y latente, individual y colectiva, mayoritaria y minoritaria. Sea lo popular, las vías llenas de esperanza, para no dejar morir la cultura y múltiples formas de expresión. Sea lo popular, la forma alternativa para no permitir la censura, las imposiciones que intentan establecer el mercado y sus nefastas barbaries.
Fotografía principal por Rudy Gomez Rivas.
Rudy Alfonzo Gomez Rivas
Aguacatán, Huehuetenango, Guatemala. 2 de julio de 1977. Premio Especial de Monólogo Teatral Hiperbreve Concurso Internacional de Microficción Garzón Céspedes 2008, Madrid, España. Primera Mención con la obra Aves de papel en el Certamen Internacional de Poesía «Premio María Eugenia Vaz Ferreira» Montevideo, Uruguay 2008. Ha publicado poesía y narrativa. Ha participado en congresos, encuentros, ferias de libros y festivales a nivel nacional e internacional. Director de la Revista Literaria Voces Convergentes, de alcance internacional. Dirige el sello editorial Cafeina Editores. Fundador y organizador del Festival Internacional de Poesía Aguacatán FIPA.
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