Ciclo escolar 2020 saca a flote las desigualdades
Mario Polanco | Política y sociedad / NO MÁS IMPUNIDAD
La totalidad de la niñez que asiste a escuelas y colegios se vio en la necesidad de abandonar sus estudios formales para evitar contagiarse del nuevo coronavirus, perdiendo de esa manera la oportunidad de continuar con el proceso de formación y aprendizaje.
En aquellos casos en los que los padres de familia se dedicaron a sus hijos e hijas, estos pudieron mantener el ritmo de estudio, pero en la mayoría de los hogares, en los que padre y madre continuaron las labores, teniendo que salir del hogar, la niñez quedó en una especie de paralización, esperando a que las escuelas reinicien labores, algo que nunca ocurrió.
La mayoría de los colegios continuaron con la enseñanza a través de distintas aplicaciones de internet, pero no todas las familias tienen la capacidad de compra de equipo de informática, limitándose con ello la presencia en las clases virtuales.
El ciclo escolar desnudó la desigualdad social y económica imperante en el país, se desconoce el porcentaje de la niñez que tuvo acceso a la educación, pero es claro que la mayoría no pudo adquirir los conocimientos debido a la incapacidad de comprar equipo de informática. Durante la última semana de septiembre, el Ministerio de Educación emitió un acuerdo ministerial en el que establece que las clases deberán continuar hasta el 15 de diciembre, pero no explica cuál deberá ser el papel de docentes y estudiantes.
Entonces, sería importante saber cómo continuarán hasta esa fecha, si hasta donde se tiene entendido profesores y profesoras en el interior del país han dejado de impartir clases desde marzo recién pasado. No queda claro si con esta disposición tendrán que volver a los establecimientos, con el riesgo de contagiarse en la segunda ola de coronavirus, porque las clases presenciales serían el único mecanismo en que podrían impartir clases.
Si hipotéticamente el Estado abasteciera de computadoras o tabletas a la totalidad de estudiantes de todos los niveles, sería necesario un proceso de capacitación en el uso dirigido a maestros y otro curso dirigido a estudiantes, eso llevaría algunas semanas, siempre sería imposible cubrir el pénsum de estudios de aquí al 15 de diciembre. En todo caso, es ilusorio pensar que el Estado distribuirá equipo de informática a la niñez menos favorecida, lo más probable es que esta ampliación solamente sirva para que los docentes continúen a la espera de que llegue el 15 de dicembre sin posibilidad de empezar a dar clases.
De una u otra forma, el periodo educativo 2020 culminará sin que la niñez haya mejorado sus conocimientos, lo que más preocupa es que para el 2021 existe total incertidumbre sobre lo que sucederá. No existe ningún tipo de protocolo encaminado a identificar los pasos que deberán seguirse para retornar a la práctica de las clases presenciales.
Debiera crearse ese protocolo lo más pronto posible, para evitar que en 2021 ocurra lo mismo que en 2020. No debe olvidarse jamás que este año podría recordarse como una pausa en la que la mayoría no aprendió nada nuevo y en la que se evidenció la brecha entre los que menos tienen, en comparación con los afortunados, ubicados a partir de la clase media.
Mario Polanco
Graduado en la Universidad de San Carlos de Guatemala de licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales, con Maestría en Seguridad y Defensa por la Universidad Mariano Galvez, actualmente director del Grupo de Apoyo Mutuo. Activista de derechos humanos, haciendo esfuerzos para que no haya más impunidad.
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