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El poderoso Thor y la mitología nórdica

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El poderoso Thor y la mitología nórdica

Vinicio Barrientos Carles | Política y sociedad / DYEUS OTIOSUS

Las riquezas mueren, los familiares mueren; uno también debe morir.
Sé de una cosa que jamás muere: la reputación de cada hombre que muere.
Oda 77 del «Gestaþáttr», Hávamál


Anteriormente presentamos algo al respecto de las deidades primordiales en la mitología griega y de cómo estas fueron evolucionando hacia deidades más cercanas al devenir humano, es decir, más antropomórficas. En otro sentido, por lo general no reparamos que la cultura grecolatina, tan influyente en el mundo occidental, tiene sus bases en otras culturas que le precedieron, las cuales, de alguna forma, moldearon el pensamiento mítico antes de cualquier sistematización específicamente ritualista o religiosa. Ninguna cultura escapa a su pasado, a esa conformación de las distintas creencias que a lo largo de su historia se van asumiendo. Muchas veces ese pasado se pierde, se vuelve borroso y difuso, básicamente por la falta de adecuados registros históricos. Además, está el tema de la inculturación y la imposición de nuevas creencias dominantes, como es el caso del cristianismo y su evolución en lo que hoy concebimos como Occidente, a través del cual se estableció una verdad en calidad absoluta, distante y radicalmente ajena a las otras, que fueron calificadas de paganas.

En todo este fenómeno de intercambio e imposición cultural, por lo usual, mediante las conquistas de tipo militar, es relevante mencionar que el idioma guarda rastros lingüísticos que funcionan como auténticas claves, a manera de fósiles arqueológicos, que permiten descifrar algo al respecto de las creencias reproducidas, generalmente de forma oral, generación tras generación. Un ejemplo lo mencionamos en el origen del nombre de los días de la semana, cuando hicimos ver que: tuesday-martes proviene del dios germánico de la guerra Tiw, que sustituye al marcial grecorromano Marte; wednesday-miércoles proviene del principal dios germánico Woden, que substituye al dios secundario Mercurio; thursday-jueves proviene del muy importante dios guerrero Thor, que substituye al magnánimo Júpiter; y friday-viernes proviene de la diosa de la fertilidad Freya (o Frigg, que no es la misma deidad), que substituye a la diosa romana del amor Venus. Esta asignación es común en las lenguas derivadas del protoindoeuropeo (pIE), en las cuales, en particular, el jueves, día de Júpiter o de Thor, es el día de Dios (ἡμέρα Διός). Claro, en las culturas orientales del Este la situación será totalmente independiente.

Notamos que, con toda seguridad, hace una década Thor nos hubiera sido un perfecto desconocido. Sin embargo, en virtud de la presencia de la mitología nórdica en las películas de Stan Lee, es decir, del universo cinematográfico de Marvel (MCU: en inglés, Marvel Cinematic Universe), todos tenemos una idea de quien es este personaje, aunque posiblemente pensamos que se trata de un héroe más en los recientes cómics (como en los casos de Flash o Batman), sin asociarlo con uno de los principales dioses del panteón nórdico, de hecho, el más fuerte de todos ellos. También observamos la presencia de la mitología nórdica en otros mediáticos, como el videojuego God of War, o la serie televisiva en la plataforma de Netflix, Vikingos. Resulta relevante mencionar que todos estos han tenido una fuerte influencia del escritor y filólogo británico J. R. R. Tolkien, quien enriqueció su saga de temática fantástica, The Lord of the Rings (El señor de los anillos, de 1937 a 1949) con elementos de esta mitología.

Imágenes tomadas de Wikipedia y El reto histórico, editadas por Vinicio Barrientos Carles.

Thor (del nórdico antiguo Þórr: trueno) es el dios del trueno y de la fuerza, aunque también se caracterizaba por su filantropía hacia los agricultores, dado el control que podía ejercer sobre el clima, y por lo tanto sobre las cosechas, llegando a asociarse con la justicia y las batallas. Thor es hijo de Odín, el dios supremo del panteón nórdico, y su madre es la diosa de la tierra, conocida por su gran vitalidad. Odín era el dios de las batallas y la muerte, y, como tal, era adorado por los vikingos y los guerreros. A pesar de ello, con el transcurrir de los siglos, Thor destacó por su naturaleza sencilla, más humana, frente a la compleja naturaleza bélica y hasta cierto punto caótica de su progenitor Odín. A Thor se le presenta como honesto, directo y justo, aunque también sobresaldrá por su temperamento iracundo. La substitución del padre por el hijo será un elemento común en las tradiciones míticas más antiguas, paralelismos que merecerán nuestra posterior atención.

Es frecuente que en las creencias politeístas tendamos a pensar en dioses antropomorfos, sin embargo, en un sentido más profundo, la mitología nórdica se enfocaba en las fuerzas de la naturaleza, a las cuales se les asignaba un temperamento y alguna personalidad propia de los fenómenos. A Thor se le ilustraba como un hombre rubio de larga cabellera pelirroja, siempre acompañado de su poderoso martillo, el Mjolnir, con el que protegía a los mortales de los posibles ataques del mal.

La mitología nórdica es rica en relatos y detalles. Por ejemplo, el palacio de Thor era el Bilskirner, que se hallaba en el reino de Thrudvang, en Asgard, gobernada por Odín. Para poder viajar de un lugar a otro utilizaba un carro tirado por dos machos cabríos, llamados Tanngnjos y Tanngrisner, que podían ser sacrificados para ser resucitados al día siguiente. Se dice que a su paso los truenos retumbaban en el cielo. Otro lugar notable en la mitología nórdica es el Valhalla (del nórdico antiguo Valhöll: salón de los caídos)​, un enorme y majestuoso salón ubicado también en Asgard, a donde una mitad de los muertos en combate viajaban, guiados por las valquirias, mientras que la otra mitad de fallecidos iban al Fólkvangr de la diosa Freyja.

Imágenes tomadas de El reto histórico y Wikipedia, editadas por Vinicio Barrientos Carles.

Es relevante mencionar que, tras el proceso de cristianización en los pueblos escandinavos, la figura de Thor fue demonizada explícitamente, mediante la creciente influencia de los misioneros. Empero, restos de la fe se conservaron de forma clandestina, sobreviviendo hasta nuestros días, por medio de la literatura lírica del Medioevo temprano, como la Edda poética, de la cual nuestro epígrafe ha sido tomado, específicamente del poema Hávamál (Dichos de Hár o Discurso del Altísimo).

Curiosamente, los dioses nórdicos eran mortales. La muerte de Thor llega en el Ragnarök, cuando pelea contra Jörmungandr, una serpiente gigante y terrible, engendrada por Loki y la gigante Angrboda. En su combate contra la horrible serpiente, Thor mata a la bestia aplastando su cabeza con su martillo, pero, tras retroceder nueve pasos, Thor acaba cayendo muerto debido al veneno inyectado por Jörmungandr.

Imagen tomada de Ancient origins, editada por Vinicio Barrientos Carles.

Con seguridad deberemos retomar varios cabos sueltos que acá estamos dejando, con la intención de la comprensión de otras culturas milenarias que, a pesar de haber llegado hasta nuestro días, son menos conocidas en nuestras latitudes. El análisis de las coincidencias y diferencias con la cultura grecolatina, de la cual hemos tenido mayor influjo, nos evidencian un pasado común que se remonta al primer milenio de la protolengua indoeuropea, antes del 3000 a. C. Esperamos poder dar continuidad a estas inquietudes.


Imágenes principales tomadas de diversos medios, editadas por Vinicio Barrientos Carles.

Vinicio Barrientos Carles

Guatemalteco de corazón, científico de profesión, humanista de vocación, navegante multirrumbos… viajero del espacio interior. Apasionado por los problemas de la educación y los retos que la juventud del siglo XXI deberá confrontar. Defensor inalienable de la paz y del desarrollo de los Pueblos. Amante de la Matemática.

Dyeus otiosus

Correo: viniciobarrientosc@gmail.com

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