Retorno a las actividades
Mario Polanco | Política y sociedad / NO MAS IMPUNIDAD
Al hablar de retorno no me refiero a retomar a las actividades «normales» tal y como las hemos vivido, debido a que lo que hemos conocido como normal cambiará radicalmente, no sé si en 180 grados, pero de lo que estoy seguro es que no será igual que antes de 2020.
No se debe menospreciar cualquier propuesta que se haga sobre las etapas que se deberán adoptar para el retorno al trabajo, estudio, compras y el resto de actividades que diariamente se deben desarrollar. Considero que todas son válidas y responden a experiencias que se han puesto en práctica en otros países, que no necesariamente por ser más desarrollados van adelante, sino porque sufrieron la mayor parte de los contagios, aprendieron a golpes y ahora están reabriendo todos los espacios públicos.
Hay propuestas verbales, muchas de ellas de activistas sociales, que también plantean de manera ideológica el retorno. Esas son las menos serias, debido a que transitan desde quienes critican cualquier medida, hasta aquellos que salen a manifestar exigiendo que reabran empresas, unos u otros no se dan cuenta de que ponen en peligro su propia salud, especialmente en el caso de aquellos que se reúnen en grupos sin tomar precauciones.
Entre todas las propuestas, el Gobierno ha elaborado el documento denominado «Consideraciones sobre los ajustes de las medidas de distanciamiento social, las medidas relacionadas con el transporte, la economía y el sector público», en el que expone de manera ordenada los antecedentes, las medidas que ha adoptado, así como las consideraciones que se tienen que adoptar en las relaciones entre las personas y en la salud pública en el contexto del COVID-19.
El documento establece, además, principios, objetivos e indicadores. También establece cual debe ser la ruta que se seguirá según la edad, la profesión, el lugar de la vivienda y otras características, tomando en cuenta los espacios en los que se reúne por necesidad el conjunto de personas.
A lo largo de las siguientes columnas me dedicaré a analizar objetivamente estas propuestas, ya que, independientemente de las que hacen los distintos grupos de interés, son estas las que al final serán aplicadas, debido a que emanan del Gobierno y por lo mismo tendrán obligatoriedad en el momento de ser puestas en vigencia.
No se debe descartar el retorno próximo a las actividades, no se puede paralizar un país, con todo lo que ello implica, me refiero a la convivencia, al desarrollo de la niñez, la educación y formación, pero también a la economía.
También es importante tener conocimiento acerca de los millones de guatemaltecos y guatemaltecas que continuaron con sus labores, atendiendo restaurantes, tiendas de servicios o de venta de materiales de importancia para el desarrollo, sin olvidar a médicos, enfermeras y especialistas, todos ellos deben ser considerados héroes o heroínas, sin esas personas el país se habría venido abajo.
El COVID-19 ha venido a afectar incluso las relaciones entre personas, difícilmente se podrá reconstruir lo que está roto, posiblemente habrá cambios profundos, pero la realidad es que al final deberá ser el país y la sociedad lo que nos interese, pasando por la subsistencia y la sobrevivencia individual, familiar y colectiva.
Mario Polanco
Graduado en la Universidad de San Carlos de Guatemala de licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales, con Maestría en Seguridad y Defensa por la Universidad Mariano Galvez, actualmente director del Grupo de Apoyo Mutuo. Activista de derechos humanos, haciendo esfuerzos para que no haya más impunidad.
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