¿Benditas o no?
Víctor Manuel Reynoso Angulo | Política y sociedad / INTERÉS PÚBLICO
La segunda década del siglo XXI trajo una novedad: gobernantes electos bajo principios democráticos pero que no respetan del todo los principios democráticos. Una nueva ola de populismos de distintos signos. La causa de ello está, en parte, se dice, en las redes sociales.
Antes, la opinión pública (el conjunto de opiniones en la sociedad sobre los asuntos públicos) se formaba en buena medida por los medios de comunicación formales. Y no cualquier cosa se publica en ellos. Aunque la calidad de lo publicado varía mucho, pasa filtros. Al menos el nombre del autor y el prestigio del medio.
Con las redes sociales no siempre hay filtros. Muchas de las opiniones en ellas son anónimas. El anonimato elimina la responsabilidad. Por no hablar de los bots o robots que difunden masivamente información maliciosa y falsa.
Asomarse a algunos comentarios en las redes sociales suele ser deprimente: insultos y faltas de ortografía. Ningún argumento. Ningún dato relevante.
Anonimato, irresponsabilidad, robots manejados para desinformar: son algunos de los problemas de las redes sociales.
Sin duda tienen sus ventajas. Cuando los usuarios responden sus dichos con sus nombres y apellidos constituyen un importante medio para la expresión de la sociedad. Forman un «tejido social», una red de vínculos. No por casualidad están silenciados por sistemas autoritarios y son impensables en los totalitarios.
Cualquiera puede ser víctima o beneficiario de las redes sociales. Como ejemplo está nuestro presidente. Cuando resultó electo agradeció a las «benditas redes sociales». En estos días se quejó de ellas, y demandó información sobre su financiamiento, pues han criticado a su gobierno.
Sus «adversarios» recordaron que varios periodistas y medios críticos de su gobierno también fueron acosados por las redes (#prensasicaria, #prensaprostituida, #prensacorrupta) y que está pendiente una investigación, a la que el Gobierno federal se comprometió, sobre ellas.
¿Habrá forma de mantener sus virtudes y eliminar sus defectos? Probablemente. Supongo que una policía cibernética tiene los medios para detectar los robots que multiplican artificialmente ciertos mensajes. Eso debería ser considerado un delito, al menos en ciertos casos.
También sería positivo eliminar el anonimato. Entiendo que eso limitaría la libertad. Pero daría lugar a la responsabilidad. ¿Qué es la una (libertad) sin la otra (responsabilidad)? En una sociedad democrática deben darse las condiciones para que cualquier persona sea libre de opinar, pero también para que lo haga responsablemente.
El sentido crítico y el sentido común de los ciudadanos son también una defensa contra esos males. Pero ya se sabe que son bienes escasos.
Víctor Manuel Reynoso Angulo
Profesor investigador de la Universidad de las Américas, Puebla. Doctor en Ciencias Sociales por el Colegio de México, maestro en Ciencia Política por FLACSO México y licenciado en Sociología por la UNAM.
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