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Luciérnagas en la habitación

Hoy en gAZeta La magia y lo cotidiano

Luciérnagas en la habitación

María Alejandra Privado | Arte/cultura / LA MAGIA Y LO COTIDIANO

La cuarentena parece a veces tan irreal… recluidxs en nuestras casas. A veces quisiera nada más lanzar mis palabras al espacio, para contarle a otras y otros cómo pasan mis horas y días acá, dentro del grupo privilegiado de población en este país que puede estar encerrado, con techo y comida segura; con una niña en primero primaria con la posibilidad de educarse en línea, de hacer sus clases de danza en línea, de jugar y dormir con tranquilidad, en un ambiente libre de violencia. Con un bebé que ha vivido sus primeros cuatro meses de vida en confinamiento, primero debido a su prematurez y, luego, debido a la pandemia.

Es extraña la vida en estos días. Entre el miedo y la esperanza, entre la búsqueda de explicaciones críticas y la necesidad de cierta ignorancia. Necesitamos no perder la cordura, menos frente a nuestrxs hijxs, a quienes les cuesta dormir por las noches, se sienten tensxs y, por momentos, logran expresar con palabras sus miedos. «Me da miedo que nos pase algo malo» me dice mi hija, quien con agudeza nos observa y escucha, y a pesar de su gran capacidad de adaptación a las nuevas condiciones de vida, de repente nos lanza comentarios y preguntas que delatan su preocupación por la situación de su entorno más cercano y del mundo, como cuando se asusta porque su papá va a salir a comprar alimentos o cuando nos pregunta: «¿Cuánto le falta a Trump para dejar de ser presidente?» o «¿Por qué la gente elige a personas como él?».

Así, entre la angustia y la maravilla… así contemplo a nuestra pequeña familia, y así examino mi propia vida. Contradictoria, maternidad contradictoria… y los pájaros hacen su nido en el corredor de la casa, las tucanetas verdes visitan el árbol a un costado nuestro, las hormigas trabajan arduamente preparándose para la época lluviosa, las flores se abren mostrando un colorido impresionante, las luciérnagas inician como todos los abriles sus danzas y tintineos en el paisaje con árboles que todavía tenemos el privilegio de apreciar desde mi casa.

La vida late, late fuertemente, las luchas de la gente común (es decir rebelde, como decía el sub-Marcos…) me hacen contener la respiración. La crudeza y desnudez de las enormes injusticias de este sistema de muerte en el que vivimos. Contradicción de nuevo. Es maravilloso acompañarlxs a crecer, presenciar sus pequeñas vidas, contemplar sus preciosos ojos, oír sus hermosas voces cuando hablan, cuando balbucean, cuando se enorgullecen de sus grandes logros al aprender a buscar palabras en el diccionario, al empujar su pequeñito cuerpo hacia arriba y lograr erguir su cuello…

Una luciérnaga se coló dentro de la casa, ilumina la habitación oscura… a esa luz me aferro, a esa vida que late en los pequeños seres del universo. A la luz que mis abuelas y abuelos tenían dentro -como ancestrxs luciérnagas- y que les hicieron levantarse y luchar con generosidad y fuerza cada día que vivieron en esta tierra. A la luz de todas y todos los que luchan y resisten diariamente desde la precariedad, desde las ancestrales luchas por la tierra y el territorio, desde su vocación de cuidado de la vida, desde los hospitales, desde la música y el arte. Luz en este tiempo enrarecido.


María Alejandra Privado

Socióloga dos veces, mi mayor pasión es la reflexión acerca de la expresión estética, en especial, la música. Maravillada de experimentar cómo el arte -entendido en toda su amplitud y complejidad- se nos mete por la piel y nos conecta con la vida…

La magia y lo cotidiano

Correo: [email protected]

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2 Comentarios

  1. Dana Martinez 29/04/2020

    Preciosa reflexión de un acontecer incierto que ha tocado al mundo vivir. Y como de tu propia experiencia y perspectiva has sabido expresar en estos párrafos . Felicitaciones

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  2. Kty 23/08/2020

    Que maravilla, el relato desde el privilegio en el que vivos ante la actual pandemia del mundo. Pienso que el privilegio no es malo solo es adaptarnos, agradecer y sobrevivir

    Responder

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