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Baudelaire y el juguete

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Baudelaire y el juguete

Luis Enrique Morales | Política y sociedad / OTREDAD Y EDUCACIÓN

A Emmanuel Vazquez, el casi guatemalteco,
de un casi mexicano.

El esplín de París: pequeños poemas en prosa, publicado en 1869, de Charles Baudelaire, tiene un poema titulado «El juguete del pobre». En este, el maldito poeta comienza diciendo que hay tan pocos entretenimientos que no sean culpables. ¿Qué quiere decir con tan pocos entretenimientos que no sean culpables? En el poema responde, previo a la pregunta, diciendo que quiere dar fe de diversión inocente. Seguidamente hace referencia a los juguetes de la época; también a como estos harían a un patojo de la calle feliz, haciendo una analogía de la alegría causada comparada con los gatos que se van a comer la tajada lejos, por el temor a que se las quiten. Así va el niño pobre con el juguete, se va lejos con el temor de que le quiten la alegría.

El poema sigue describiendo la vida de un chiquillo rico que tiene un juguete espléndido, dice el autor. Pero aquel está tirado sobre la grama. El pudiente niño ni se preocupa por su juguete porque se ocupa de ver a través de las rejas. Entonces ve a un infante que es paria, que está jugando con una rata viva dentro de una jaula. El pobre niño ve que lo observan, entonces, le muestra como estira, sacude y encoje al ratón vivo. Los dos niños se ríen con dientes de igual blancura. Esa es la moraleja, que los niños ricos son iguales a los pobres. Que no existe diferencia. Es verdad y es claro, pero esto no explica la manera en que empieza el poema. ¿Por qué casi todo entretenimiento es culpable?

Previo a la publicación de este poema, en abril de 1953, Baudelaire presentaría un breve ensayo llamado «La moral del juguete», publicada en Le Monde Litteraire, una revista literaria de la época. Comienza el escrito con una experiencia personal. Cuenta que su madre lo llevo un día de su infancia a ver a una señora Panckoucke. Él aclara que no tiene conocimiento si esa señora era familiar del escritor francés Charles-Joseph Panckoucke. El lugar era un villa o un palacete, como él describe. La señora, de una clase acomodada, decidió regalarle al pequeño Baudelaire algo para que siempre la recordara. Entonces caminaron unas cuadras hasta llegar a un una juguetería, lugar donde todo tipo de juguetes colgaban en las paredes, en el piso, en los mostradores, por todos lados había peleles. Un lugar muy colorido. Para el pequeño era un espectáculo fantástico. Al llegar allí la señora le dice lo siguiente:

«He aquí, dijo, el tesoro de los niños. Dispongo de un pequeño presupuesto dedicado a ellos, y cuando viene a verme un niñito amable, lo traigo aquí, para que se lleve un recuerdo mío. Elige».

Imagen tomada de Pinterest.

Entonces, él dice que con la más admirable y luminosa prontitud agarró el juguete más caro, el más bello, el más llamativo. Su madre lo vio y quedó nada satisfecha con la idea de que tomara el más fino, ella quería que se quedara con uno de los más baratos. Él no, así que se quedó con algo en el medio.

Siguiendo el ensayo que empieza con una breve crónica, Baudelaire nos cuenta que el tiempo le hizo fantasear querer conocer a todos aquellos amables niños que la señora llevó a esa juguetería. Además, dice que por aquella experiencia, se detiene en cada una de esas tiendas para observar cada uno de los objetos que tienen formas interesantes y colores dispares. Por lo dicho, él afirma su afecto a las jugueterías.

Entonces, el maldito poeta pregunta: ¿no se encuentra allí toda la vida en una miniatura y mucho más coloreada, limpia y reluciente que la vida real? Ejemplifica diciendo que allí vemos teatros, jardines, coches, borrachos, establos, charlatanes, ejércitos. Desarrollando un poco más, explica que los juguetes, sin lugar a dudas, son una representación de la realidad de una manera pequeña. Va por más y habla de como los objetos se convierten en actores de la vida cuando los niños les hablan. Esto demuestra la gran abstracción y la elevada potencia imaginativa de los niños. También refiere a los que juegan sin juguetes. Los que imitan. Usa a la niña que imita a la mamá, justificando así la facilidad imaginativa del infante. Esto, hablando metafísicamente, dice él, es el testimonio de la espiritualidad de la infancia en sus concepciones artísticas. En consecuencia, el juguete es la primera iniciación del niño al arte. Baudelaire nos habla del juguete bárbaro de la época, entonces pregunta: ¿creen ustedes que esas imágenes simples crean una realidad menor en el espíritu del niño que esas maravillas del Año Nuevo que son más un homenaje del servilismo parásito a la riqueza de los padres que un regalo a la poesía infantil?

Con esa pregunta sigue su camino el ensayo y plantea como el niño tiene el poder sobre el juguete. Como el niño actúa sobre el juguete. Pero no omite la posibilidad de que el juguete actúe sobre el niño. Entonces, pasa a discutir el tema del juguete científico. Dice que es caro, pero que estos desarrollan el cerebro del niño.

Con una visión muy optimista de los juguetes, acusa a los padres que no regalan juguetes a sus hijos porque los hacen desgraciados. Porque, según él, ellos no han analizado el juguete y en esa ignorancia limitan el sentido poético de pasar por el objeto de diversión. También limitan el conocimiento. Además, carga responsabilidad sobre los padres que rinden adoración a los juguetes, es decir, los que compran pero no dejan a los niños tocarlos porque estos hacen del niño un hombre, roban la infancia. Termina su ensayo concluyendo que todo niño quiere ver el alma del juguete. Entonces el niño lo lleva al límite e insinúa que al querer conocer lo que constituye el alma del juguete, el niño termina por desarmarlo. Por eso escribe pregunta: ¿pero dónde está el alma? Aquí comienza el estupor y la tristeza. Termina con un párrafo sobre los niños que al recibir un juguete lo destruyen directamente, aceptando que ignora la causa de dicho acto.

La cuestión del juguete y Baudelaire me parece interesante. En el ensayo él responde a la pregunta principal, la idea de un entretenimiento culpable, porque muestra como la madre, por una cuestión moral, le quita la más inocente de las felicidades. También en la pregunta sobre los juguetes bárbaros, porque al final muestra como esas alegrías de fin de año representan el servilismo a la riqueza, o sea, muestra la relación entre estar atado a cosas que limitan la libertad de los hombres.

También me parecen interesantes sus conclusiones, de cómo el juguete representa la vida real, el juguete como un actor de la vida, el niño actuando sobre el juguete y el juguete actuando sobre el niño. La crítica a los adultos de cómo estos puede robar la infancia de los niños o la inocencia que ellos tienen. La parte final sobre los niños que quieren conocer el alma del juguete.

Todo esto para mí deja abiertas muchas preguntas en la época actual. Si el juguete representa la vida real, veamos los juguetes de nuestros niños. ¿Qué tenemos por juguetes?: carros, robots, lego, Ipads, computadoras, celulares, pelotas, peluches, herramienta, fábricas, aviones de control remoto, pistolas, Pokemones. También, muchos de los juguetes están relacionados a la industria televisiva, como los juguetes de los Transformers, etcétera. Muchos juguetes ajenos a la representación de la vida real, como lo era en la época de Baudelaire.

También podemos preguntarnos: ¿qué representa el juguete científico hoy en día? ¿Es el lego un juguete totalmente científico? ¿Son los aparatos electrónicos digitales juguetes científicos? Si lo son, ¿son los niños los que actúan sobre el juguete o es el juguete el que actúa sobre ellos? ¿No es el juguete moderno un homenaje del servilismo parasito del capitalismo salvaje de la actualidad?

Imagen principal tomada de El Universal.

Luis Enrique Morales

Nació en Quetzaltenango, Guatemala en 1989. Escritor, poeta y columnista. Egresado de la Universidad Galileo en 2012. Actualmente residente en Estocolmo, donde trabaja en docencia y, al mismo tiempo, realiza estudios a nivel de posgrado en Ciencias de la Educación (Pedagogía) en la Universidad de Estocolmo.

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Correo: [email protected]

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