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De la difusión y los medios noticiosos

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De la difusión y los medios noticiosos

Vinicio Barrientos Carles | Política y sociedad / PARADOXA

Porque los medios de información y la difusión de ideas están gobernados,
como los precios en el mercado… y son también mercaderías.
Arturo Jauretche


En 1898 fue publicada la novela de ciencia ficción La guerra de los mundos, escrita por Herbert George Wells, en esta se describe por primera vez una invasión alienígena a la Tierra, teniendo esta idea central abundantes secuelas, tanto en la literatura como en otras formas artísticas de expresión. Varios aspectos resultan notables en la obra de Wells, pero uno de estos refiere al desenlace de la novela, que en la conocida versión cinematográfica de 2005 se sintetiza como epílogo narrativo al final de la película, anteponiendo a los organismos más pequeños como los vencedores finales ante todo posible conquistador, así:

Desde el momento en que los invasores aparecieron, respiraron nuestro aire, comieron y bebieron, estuvieron condenados. Fueron reducidos, destruidos, por las criaturas más diminutas que Dios en su sabiduría puso sobre la Tierra. Mil millones de muertes hicieron al hombre acreedor a su inmunidad… al derecho a sobrevivir entre los infinitos organismos de este planeta. Y ese derecho es nuestro ante todo adversario… pues el hombre no vive ni muere en vano.

Imagen tomada de Página 12 y Familia y Salud, editada por Vinicio Barrientos Carles.

En la obra destaca esta noción fundamental del poder básico y radical que tiene la microbiota sobre los seres pluricelulares más complejos, que consideramos más desarrollados, con el particular de nuestra egocéntrica visión antrópica, de que todo el cosmos gira en torno de nuestra existencia, la cual es posible reconocer en momentos de pequeñas crisis, como esta de la pandemia que estamos viviendo, cuando nos vemos obligados a ubicarnos de mejor manera tan solo como unos elementos más dentro del gran sistema del mundo, comprendiendo que nuestras aparentes fortalezas biológicas o psicológicas no lo son en la medida que usualmente lo creemos, para autovisualizarnos mucho más débiles y pasajeros en la historia del orbe cósmico. A este respecto, Wells escribe:

… nadie habría creído que los asuntos humanos eran observados aguda y atentamente por inteligencias más desarrolladas que la del hombre y, sin embargo, tan mortales como él; que mientras los hombres se ocupaban de sus cosas eran estudiados quizá tan a fondo como el sabio estudia a través del microscopio las pasajeras criaturas que se agitan y multiplican en una gota de agua.

Sin embargo, otros aspectos meritorios pueden ser destacados de la magna obra, estando entre ellos el tema del poder de los impactos psicosociales derivados de la difusión y posible manipulación de un determinado mensaje, basado en el temor llevado al pánico extremo. Este otro punto quedó evidenciado en una de las tantas secuelas mediatizadas de la novela que hemos mencionado, como fue el caso del serial radiofónico de Orson Welles, el cual, en su momento, llegó a crear gran alarma social, derivando en una experiencia mediática no intencionada.

En la versión de Welles, el primer aterrizaje alienígena se dio en Nueva Jersey, en donde se implementó el programa radial emitido con el formato de reportaje noticioso, de carácter urgente, por lo que muchos radioescuchas que se incorporaron tardíamente a la transmisión creyeron que se trataba de noticias reales, derivando en un pánico generalizado. Aunque se había dado un aviso al inicio del programa sobre el carácter ficticio de la serie, no todos estuvieron lo suficientemente informados, por lo que el pánico colectivo se desató como polvorín. A pesar de las oportunas disculpas, el caso despertó curiosidad entre los analistas y difusores. Más grave sucedió en Quito, Ecuador, un poco más de una década después, cuando una réplica de un fenómeno similar se realizó, ahora intencionadamente, pero con consecuencias mucho mayores, pues uno de los medios de comunicación más importantes del país interrumpió su programación habitual, indicando, a través de varios locutores profesionales, que una nave extraterrestre había aterrizado cerca de Quito. Ante esta ficción noticiosa, predecesora de las actuales fake news, la ciudadanía quiteña se concentró en las calles de la ciudad para realizar masivos éxodos hacia las montañas, huyendo en completa desesperación colectiva para el hipotético rescate de sus vidas, ante la premisa de una noticia que asumieron como realidad extrema. Muchas personas se congregaron en las iglesias, creyendo, ingenuamente, que el fin de la humanidad era inminente. Ante la gravedad de la repercusión del contenido del programa, media hora después de iniciado este, la radiodifusora se vio en la necesidad urgente de anunciar a la ciudadanía de que se trataba de una obra ficticia. Las consecuencias del evento fueron desastrosas, pues, la multitud indignada tomó camino de vuelta, incendiando las instalaciones de Radio Quito, dejando múltiples heridos y algunos fallecidos. A su vez, se documentaron suicidios de algunas personas que habían creído que la invasión alienígena era verídica.

Imagen tomada de Código Oculto, editada por Vinicio Barrientos Carles.

A lo largo de las décadas se ha podido constatar el impacto creciente de los medios de comunicación, desde la radio hasta las redes sociales y la inteligencia artificial de la actualidad, y esta evolución ha marcado el ritmo para la ética inseparable que la difusión de ideas y mensajes debe guardar, en todo momento, y más aún en la proporción de los alcances públicos que estas difusiones puedan alcanzar. En esta oportunidad, que estamos en medio de una vorágine de mensajes, alertas, disposiciones, comentarios y opiniones al respecto de la situación que atravesamos a nivel mundial, me pareció oportuno dejar algunas ideas sugestivas sobre la importancia de permanecer objetivos e imparciales, a pesar de las distintas crisis que se vendrán, para poder aportar, individual y organizacionalmente, de la mejor manera posible.

En este sentido, el comunicado que el presidente Giammattei realizó por la noche del día lunes recién pasado me ha parecido mesurado y conveniente, ante todo la primera parte que, aunque un poco tarde, contribuye a la educación de la población en los aspectos medulares del COVID-19, lo cual es sumamente valioso e indispensable en un país carente de información veraz, en donde los chismes, las bolas y las noticias falsas siempre circulan más prontamente que la verdad y la visión imparcial de los hechos. Por ello pienso que debería haberse realizado un par de semanas antes, bombardeando los medios, aquí sí, con datos objetivos y científicos que ya se poseían al respecto del nuevo coronavirus, dejando de lado el menosprecio y la subestima por la comprensión del grueso poblacional, que es más frecuente de lo que se piensa, trabajando por y en la educación mediática a todo nivel, invirtiendo en la información tal cual es, con el auxilio de los facilitadores didácticos adecuados que nos ayuden a comprender los puntos principales de los fenómenos. Y no debería ser así solo para esta ocasión, sino que siempre, como un nuevo modelo educativo, propio del siglo XXI.

Imagen tomada de TN, editada por Vinicio Barrientos Carles.

En suma, nos estamos educando, y eso es ganancia en paralelo, un beneficio colateral. Así, yendo más allá de las reflexiones sobre el fenómeno mediático, estamos claros, por un lado, que el enemigo se encuentra allí, pero, por el otro, que tenemos las armas para combatirlo y que, aunque se produzcan bajas, las mínimas, seguiremos adelante, fortalecidos y mejorados. Al final del asunto, es la ruta de la vida que se abre paso, y en este caso, en consecuencia de la naturaleza de la vida misma. De repente, de todo esto salgan muchas cosas buenas y una renovada posibilidad de un mundo mejor. Se trata de una verdadera confrontación entre dos visiones, una guerra entre dos mundos. Esperamos que sobreviva el mejor de ambos, ese que postula el equilibrio y el respeto como principios fundamentales de su constitutiva realidad. Finalizamos con otra cita de la obra de de Wells que hemos traído a la colación en esta oportunidad:

Por mi parte, hice un esfuerzo y aclaré mis ideas. Una vez que pude hacer frente a los hechos con frialdad, se me ocurrió que, por terrible que fuera nuestra situación, no había aún motivo para desesperar del todo.


Imágenes principales tomadas de diversos medios, editadas por Vinicio Barrientos Carles.

Vinicio Barrientos Carles

Guatemalteco de corazón, científico de profesión, humanista de vocación, navegante multirrumbos… viajero del espacio interior. Apasionado por los problemas de la educación y los retos que la juventud del siglo XXI deberá confrontar. Defensor inalienable de la paz y del desarrollo de los Pueblos. Amante de la Matemática.

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Correo: [email protected]

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