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Madero y López

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Madero y López

Víctor Manuel Reynoso Angulo | Política y sociedad / INTERÉS PÚBLICO

Pocos personajes de nuestra historia política son tan distintos como Francisco I. Madero y Andrés Manuel López Obrador. Por eso llaman la atención los homenajes del actual presidente al coahuilense.

Madero era miembro de una de las familias más ricas del país. López Obrador, aunque recibió de sus padres una herencia que no tendremos la gran mayoría de los mexicanos, está lejos de provenir de una familia acomodada. Y gusta destacar que no tiene su origen entre las élites.

Madero estudió en Estados Unidos y Francia, en una época cuando viajar era muy complicado (nació en 1873). Hablaba inglés y francés. Se dice que el único país al que había viajado López Obrador antes de ser candidato a la Presidencia fue Cuba.

En los hechos, Madero fue un precursor de la globalización. López Obrador va más bien en sentido contrario.

Antes de ser candidato, Madero se dedicó a la agricultura, en una hacienda de su familia. Innovó sistemas de cultivo y de riego. La vida profesional de López Obrador se ha centrado exclusivamente en la política. López Obrador no ha tenido participación en actividades económicas o técnicas.

Madero siempre estuvo fuera del régimen político. Nunca formó parte del sistema político del porfiriato. Fue un político antisistema. López Obrador es un producto puro del sistema político mexicano. Desde muy joven entró al PRI, y permaneció 12 años en ese partido. Luego pasó al PRD, y finalmente a su partido actual, Morena.

Madero fue presidente después varias décadas del gobierno de un solo hombre, de un sistema autoritario y caciquil. López Obrador llega al poder presidencial después de una intensa transición a la democracia y de diversas y numerosas alternancias (nacionales y locales).

Madero no supo o no pudo atender las demandas populares del zapatismo. López Obrador se dice del lado de todos los pobres.

Que provengan de entornos geográficos antagónicos, Madero del norte árido y López del Tabasco tropical, es un dato menor. Todas las demás diferencias no. Los hacen personalidades políticas antagónicas.

¿Por qué entonces la devoción del actual presidente hacia Madero? En parte por su visión de la historia, que podemos considerar mítica: más que en los hechos reales, se basa en los personajes y los procesos hechos mitos. Lo que algunos han llamado la historia patria para niños.

Se ha insinuado también que esa devoción por Madero contiene una vocación por el martirio. Que ante los diversos fracasos de su gobierno, y ante la dificultad o imposibilidad de cumplir sus promesas, esa sería una salida digna. Esperemos que no sea así.


Víctor Manuel Reynoso Angulo

Profesor investigador de la Universidad de las Américas, Puebla. Doctor en Ciencias Sociales por el Colegio de México, maestro en Ciencia Política por FLACSO México y licenciado en Sociología por la UNAM.

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Correo: [email protected]

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