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Las palabras son mutantes

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Las palabras son mutantes

Rómulo Mar | Arte/cultura / SALTO DE LIEBRE

Veamos la relación que tienen entre sí las palabras. De entrada, advirtamos que, pese a que están definidas en los diccionarios, que cada una tiene su propio significado que la individualiza, que le otorga estatus de independiente, al insertarse en los textos, en cada línea, se vuelven camaleónicas, pues adquieren nuevos colores, sabores y formas. Las palabras son como las piezas de un rompecabezas mágico, que encajan en lugares indeterminados de manera infinita bajo el albedrío del ser humano. Y al juntarse unos vocablos con otros se inventan pensamientos, nacen nuevas ideas y, por lo consiguiente, crean nuevas cosas, nuevos seres y nuevos mundos. Es la semántica la que juega aquí un papel fundamental al darnos el significado, que incluye denotación y connotación, de los grupos de palabras, de cada párrafo, capítulo y/o libro completo.

Tomemos, por ejemplo, el vocablo «nuevo» que así suelto es ambiguo, pero al aliarse con «ser» forman la expresión «nuevo ser», entonces, juntos originan una idea que las aleja un poco de la sustancia que les es inherente. Luego, a «nuevo ser» podríamos añadir otros términos que integrados formarían otros pensamientos, como el caso siguiente:

un nuevo ser aparece flotando en las aguas,
o, el nuevo ser es de piedra
o, el nuevo ser es una vaca azul.

Esta combinación de palabras se puede comparar a un equipo de fútbol o de cualquier otro deporte. Sabemos que cada equipo será distinto de los demás según los elementos que lo conformen, y su rendimiento o resultados, generalmente, dependerán del trabajo en conjunto. Advirtamos que cada elemento desaparece individualmente y se integra a un conjunto, deja su personalidad y adquiere la del grupo, se convierte en el grupo que lo absorbe.

Vale reiterar, también, que es cierto que el significado de cada palabra contribuye a darle el sentido a la frase; sin embargo, ese significado individual se diluye sigilosamente al unirse a otras; así:

la mujer de cabellos dorados muerde una manzana en medio de una multitud de zombis acostados,

La imagen mental podría resaltar la mujer mordiendo la manzana y pierden fuerza los cabellos dorados y los zombis. Esas palabras debilitan su valor individual, incluso hasta la manzana, porque la imagen abarca lo mayor, que es la mujer, y así, según la cantidad de palabras o de párrafos o páginas, la mente discrimina y resume, sintetiza, comprime la información que recibe.

Casos extremos de desvanecimiento del significado individual de cada palabra son las locuciones adverbiales, como «al pie de la letra» que se entiende como exactamente/correctamente, o «en un abrir y cerrar de ojos» que es igual a rápidamente.

Esto es lo que ocurre. Como sabemos, las palabras con que contamos existen en número limitado, pero al juntarse unas con otras crean ideas o mensajes infinitos. Así lo corroboramos en un poema, un cuento, una novela o textos diversos, en los cuales se usan las mismas palabras reunidas en los diccionarios, pero estas se alían de infinitas formas entre sí y generan o inventan historias o conocimientos que antes no se habían creado, o simplemente narran un suceso o describen cosas.

Pero, ¿por qué son mutantes las palabras? Por eso, porque al cambiar de compañeros en un equipo se transforman, se adaptan al grupo, al tipo de juego que pretenden practicar todos. Los adjetivos también cumplen esa misión de modificar el significado de los sustantivos. Los objetos, personas y animales se transforman según lo que se dice de ellos. Fijémonos en una vaca. (¿La tienes en la mente?). Una vez es vaca azul; otra es vaca roja. Una vaca amarilla. Vaca alargada. Vaca enana… gigante… gorda… flaca…

Y son mutantes también porque con el transcurrir de los años cada palabra va adquiriendo nueva vida, se va convirtiendo en un nuevo ser, lo vemos en la palabra «célula» que se convierte en celular, el teléfono. «Móvil», de moverse, ahora se aplica al celular también. «Tabla, tablón, tableta (madera)»; tableta como medicamento; ahora la concebimos como computadora portátil.

Existe la cortina para tapar ventanas o puertas; existe el humo, que para los aborígenes fue la consecuencia del fuego quemando leña o basura; hoy, uniendo los dos tenemos el concepto «cortina de humo». Antes, nuestros tatarabuelos y abuelos en el campo llenaban sus redes de tuzas para alimentar al ganado; actualmente llenamos de mensajes las redes sociales.

En conclusión, cada palabra desempeña un rol importante en el lenguaje, pero es maleable, como el barro y la arcilla, es camaleónica y mutante, y hasta invisible en ocasiones, como hemos visto. Cada vocablo aislado es poderoso, gigante; pero, a la par de otros, disminuye su fuerza o la comparte, o la acrecienta y es la representación del pensamiento, de las ideas, el vehículo que transporta el conocimiento, de ahí su gran valor. La palabra abre


Rómulo Mar

Escritor. Fundador del canal de videos Letras en Directo y del periódico impreso El Revisor. En 2018, por acuerdo municipal del ayuntamiento de Chiquimula, fue declarado «Valor Cultural del departamento de Chiquimula». Ocho libros publicados: 2 de poesía, 2 novelas y 4 de cuentos.

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1 comentario

  1. Saul Guerra 25/02/2020

    Buena puntada joven, las palabras representando sonidos, estos a su vez brotan de la necesidad de nombrar un objeto, cosa o abstraccion, asi por ejemplo: Tetunte primero fue elobjeto, luego un sonido, y con el idioma de cervantes hubo necsidad de asociar 7 letras para formar la palabra Tetunte, que puede ser una piedra de tamaño normal, aaah pero si es enorme, entonces es un tetuntón, sonido grandotote, y asi, las palabras mutan en la medida que esos objetos, cosas o abstarcciones tengan uso, sobre uso o deshuso, si desaparecieran las piedras tambien desaparece el sonido dialectal que las nomina, y da paso a otros sonidos, y a otras palabras, como en un mismo pueblo hay diferentes concepciones del objeto, ahi vienen los sinonimos, como Peñasco, tetunte grande, o piedrota, en fin.

    Algunas palabras, o fracesitas, se extinguen al perderse el objeto que les dio origen. Asi por ejemplo; PUERTA DE TRANCAS, esa frase es una cadenita de sonidos agradables, pero se perdió, pues ya no hay puertas de trancas. Hay puertas y trancas, pero no puertas de trancas, asi que ambas palabras vagaran cada una por su cuenta, pero ya no seran comadritas acuachadas de la mano que daban un concepto rebonito. De ahi viene el dicho TIRARSE LAS TRANCAS, para nombrar a aquellos que no respetan fronteras, pero al desaparecer la PUERTA DE TRANCAS, es muy probable que tambien desaparezaca el dicho TIRARSE LAS TRANCAS.
    eN FIN, Las palabras son como madejas de palma para armar petates finamente tejidos, pero ese empalme palabrero que originan bellas frases y sublimes textos atorados de hermosas ideas, depende de la habilidad del escritor, de que tanto le zumbe el ayote.

    Bueno, creo que ya me hice bolas de tanto empalmar palabras….

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