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¿Por qué es importante la batalla diaria contra el sistema hegemónico?

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¿Por qué es importante la batalla diaria contra el sistema hegemónico?

Enrique Castellanos | Política y sociedad / ENTRE LETRAS

No hay duda, que hay una élite que se alterna en el poder y desde el Estado se enriquece más, a mansalva. La élite dominante (grupo social que ha estado arriba, dirigiendo, incidiendo, controlando, cooptando, amputando, extrayendo, concentrando, compactando, dominando, para sí; para su clase), obviamente, se ha sabido disfrazar bien a lo largo de la historia política del país, quien no lo vea así, simplemente es presa (fácil) del diseño de la élite para ocultar su preeminencia en el poder. O sea, ha caído en sus redes, simple y llanamente.

El país tiene miles de problemas y es obvio que hay unos más prioritarios que otros. La educación debiera ser prioridad, sin embargo, no lo es. No está aún en la mente de gobernantes. No se ve así, o no lo pueden ver, por la misma atrofia congénita de su visión borrosa que les impide ver un país para todos, donde quepamos todos los nacidos acá. De allí que nos conformamos con analizar estadísticas, ver resultados, monitorear ejes temáticos. Navegar en la inmensidad del desasosiego, del desprecio de un sector de clase por otro. En un país como este, la educación debiera estar en primer lugar. En un país donde la desnutrición crónica ha alcanzado (lamentable) los peores niveles mundialmente, no verlo es, simplemente, miopía política u obstrucción en el análisis.

El actual sistema de dominación utiliza formas y métodos extremadamente sutiles para lograr el objetivo de atracción de procélitos y afiliados. Sin contar los que ya son sus incondicionales y seguidores por antonomasia. De todo ese proceso diario, en un alto porcentaje, ni siquiera nos damos cuenta. Muchas de sus formas aplicadas (a través de la propaganda, publicidad y disfrazadas de expresiones culturales) son concretadas por aparatos diseñados puntualmente para lograr esos objetivos. Entran aquí, ciencias y disciplinas como: la neurobiología, la psicología, la pedagogía, la comunicación, informática, entre otras. Obviamente, la estadística aplicada apoya fuertemente a monitorear, censar y establecer parámetros de ventaja y desventaja de los productos de consumo. (En todas sus formas).

La distracción es una de sus formas preferidas. Consistente con el tipo de sociedad, allá van y vienen las campañas informáticas para desviar la atención del público sobre los verdaderos problemas del país. Las hay, tanto en «hitos» o fenómenos mediáticos en forma de «eventos» «singulares» o a través del diluvio de información «insignificante» que moja a diario.

Como se sabe, se ha venido retrocediendo en educación, al menos en lo que se había avanzado, que era la cobertura educativa a nivel nacional. El sistema es tan perverso que ni siquiera eso permite. Su condición y esencia clasista no le permite ver más allá. No entiende, no comprende, sobre otras esencias como: la dignidad, la solidaridad, la verdadera democracia.

En un país, donde los «Pueblos Originarios», que a la vez son la «mayoría», son marginados, algo verdaderamente «grave» está ocurriendo. Y eso perdura ya, en el tiempo, a pesar de la sucesión de gobiernos y gobiernos, algo está diciendo. Un modelo económico que lanza a sus conciudadanos afuera de las fronteras y que está basado en la exportación de fuerza de trabajo hiperbarata y descalificada es una ignominia moderna. Indudablemente, falla la «visión de país». El diseño está malo. La concepción del tipo de país que se quiere está mal.

La lucha diaria, de uno en uno, de mano en mano, de voz en voz; lo ha sido siempre y lo es de nuevo. Forma silente donde podemos aglutinar planteos, ideas, inquietudes, propuestas. No dejarnos robar la esencia de la creatividad, es una tarea estratégica.


Imagen tomada de Pinterest.

Enrique Castellanos

Estudios de Historia, educador popular, promotor del desarrollo. Voluntario de cambios estructurales y utopías.

Entre letras

Correo: [email protected]

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